de las voces que no puedo encontrar
Aún las caras color de oficinas
se han perdido en un mar de opacidad
El viento voraz castiga el edificio
de la razón inocua que aprendí a evitar
Aún los ojos que buscan en las esquinas
matan la noche clamando oscuridad
El cielo se torna de un tinte cementicio
dejando los tonos de Baco al aclarar
Aún las aves exóticas son aquí vecinas
y se vuelven tan grises como la vil ciudad
El paisaje que supo ser secreto al principio
hoy se ha vuelto vano y tedioso de mirar
Aún si perdieran sus entidades divinas
los dioses decrépitos nunca perderán su vanidad
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