En medio de la ciudad
cuando parece que ya no se puede
respirar de tanto ruido artificial
escucho el trinar de un pájaro
y un buche de aire infla mi pecho
nuevamente
Pero el canto del pequeño salvador
pronto, demasiado pronto, se ve
ahogado una vez más por las pesadas
máquinas a quienes la calle pertenece.

Como se hace tarde los vehículos 
se hacen escasos, y el filtro que formaban 
se abre cada vez mas 
para dar paso a la naturaleza
pero ésta también se hace muda 
en la noche, y solo quedan unos 
cuantos minutos antes de que 
el silencio lo abarque todo.