Árboles tubulares
organismos casi perfectos
un bosque de ellos
todavía libres de razón
en un constante elixir de
ausencia.
Hombres alados de azul
intenso vuelan entre ellos
en un planeta de islas
ingrávidas
En medio de todo
en el piso llora un Hombre
de la tierra, uno de esos
que no pueden volar.
Con grito estremecedor tomó su lanza
y desgarró las venas de su brazo
una vez creador de palabras serenas.
Esperó mirando al cielo
hasta que el sangrado cesó
Sangró en un rojo tan intenso
que no se había visto jamás.
Y las criaturas azules
bajaron de las alturas
atraídas por aquel pecado/libertad
Observaban impacientes tal final
mientras el Hombre, despojado,
esperaba a que sus venas
estuviesen tan vacías
como él.